Coincidía hace unos días con un grupo de gente muy variado. Compañeros aficionados que deseaban iniciarse en fotografía nocturna de larga exposición; profesionales fotógrafos afamados; compañeros de turismo que bien se estaban formando o bien tenían una amplia trayectoria y les interesaba la observación de los cielos nocturnos como nicho de mercado para centrarse en propuestas de actividades de astroturismo; compañeros y compañeras de astrofísica. Todos ellos apasionados en sus profesiones y que una noche cualquiera habíamos coincidido para realizar obervaciones en el cielo nocturno de Canarias, protegido por ley que regula la calidad del cielo desde hace 30 años.
La noche acompañaba no muy fría y con algunas nubes que nos hicieron cambiar de ubicación en dos ocasiones hasta finalmente poder desplegar material de observación, disfrutar de historias y observaciones de constelaciones, compartir experiencias y vivencias. Sobre las observaciones realizadas he subido una fotografía que se realizó esa noche, no dispone de mucha calidad pues fue improvisada con un dispositivo móvil. Pese a ello es una foto importante, por el momento que representa. Quedara en mi retina junto con El Pesebre, una constelación tambien conocida como cúmulo abierto M44.
